Día 1: Nervios, maleta... ¿Llevaré todo? Son una de las muchas preguntas realizadas antes de poner rumbo al Voluntariado en el Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama de la mano de la Asociación de Ciencias Ambientales. No sé si de algo me olvidé, lo que sí sé es que en la tarde del martes 4 de agosto de 2020 iba a dar comienzo una de las mejores experiencias.
Todo comenzó con la recogida por parte de las monitoras a los voluntari@s. Nos pusimos camino al albergue donde pernoctaríamos los 10 días que duraba el voluntariado. Allí tuvimos ocasión para presentarnos y conocer un poco más acerca de nuestros compañeros/as, del paraje en el que nos encontrábamos, así como ciertas pinceladas de las actividades que a partir de la mañana del día siguiente íbamos a realizar. Además, nos dio tiempo a conocer los Jardines del Palacio de la Granja de San Ildefonso, que nos dejaron con ganas de saber más acerca de la mitología de sus fuentes, la vida y curiosidades que albergan todos y cada uno de sus bonitos rincones. Antes de cenar, anduvimos por el embalse del Pontón Alto, observando la fauna del lugar, dónde pudimos ver ratones de campo o ánades reales, y aprendimos a diferenciar huellas como por ejemplo las de zorro frente a las de perro ¡Todo una novedad!
Voluntari@s visitando el embalse del Pontón Alto, en la provincia de Segovia
Día 2: Comienza un nuevo y largo día, el cual nos iba a deparar muchas sorpresas...Para comenzar la mañana, tuvimos la oportunidad de conocer más acerca del uso y gestión de los montes que conforman la parte segoviana de la Sierra de Guadarrama, todo ello de la mano de Arancha Matamala. Nos introdujo en la historia de los montes, en el uso público y su evolución hasta la actualidad.
Con ello, pusimos rumbo a nuestro primer muestreo. ¡Qué patosos parecíamos! Realizamos los distintos protocolos de desinfección, organizamos grupos de muestreo y ya por último nos acercamos al río, en esta ocasión al conocido Río Eresma. Nos pusimos manos a la obra, unos aprendiendo a realizar la parte físico- química, tomando contacto con los distintos aparatos, analizando los valores obtenidos y reflexionando sobre los mismos. Otros nos pusimos las botas de muestreo y como auténticos ingenieros, obtuvimos las medidas del caudal, realizando los cálculos necesarios y utilizando el molinete para la toma de velocidades. Por último, otro grupo se encargaría de la parte más atractiva, el muestreo de macroinvertebrados. Cayeron unas cuantas fotos con los vadeadores antes de adentrarse en el agua. Aprendimos las distintas formas de muestrear, pudimos observar los macroinvertebrados que iban adentrándose en la red surber, además de encontrarnos con especies invasoras que hasta el momento muchos desconocíamos, como es el caso del cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus). Pero el día no termino ahí, después de una buena comilona, realizamos un segundo muestreo en el mismo río, pero en esta ocasión cerca del área recreativa de Boca de Asno. Hicimos rotación de grupos, así todos tendríamos la oportunidad de aprender de las tres partes que se compone el muestreo. Observamos dípteros, efímeros... ¡e incluso un Odonato! Ya a la noche y con los frontales encendidos, nos aventuramos en busca de anfibios, dónde pudimos reconocer un grupo de rana patilarga (Rana ibérica) y para nuestra sorpresa, un desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), catalogado en extinción según el Catálogo Nacional, lo que hizo del día, ¡un día redondo!
Voluntari@s tamizando la muestra de macroinvertebrados bentónicos extraída del río Eresma
Día 3: Madrugadores, comenzamos la mañana para realizar una ruta por el Cerro del Puerco junto al CENEAM. Allí Carlos de Miguel, nos cautivó con la historia de la Guerra Civil Española que allí aconteció. Nos enseñó los restos que quedan por el Cerro, conocimos nuevos términos como los abrigos, las caceras o las majadas, convirtiéndose en una actividad de lo más interesante. Recargamos pilas, cogimos fuerza y empezamos la tarde realizando dos puntos de muestreo. Un primer punto en el Arroyo Peñalara y un segundo punto en el Río Eresma. En este último, además, retiramos barreras no naturalizadas del río y que decir, ¡Nos empapamos las botas! Para terminar la tarde calurosa, y como realizamos siempre tras nuestros muestreos tocó desinfectar el material, haciendo un buen trabajo en equipo. Pero la cosa no finalizó aquí. Como el día anterior salimos en busca de anfibios, pero en esta ocasión solo encontramos un sapo corredor (Epidalea calamita) ¡Seguro que mañana tenemos más suerte!
Día 4: Un día nuevo en el que trabajamos duro reacondicionado la senda botánica ubicada en el centro de interpretación de Boca de Asno. Cogimos los rastrillos y nos pusimos manos a la obra, encontrando una pequeña culebra lisa europea (Coronella austriaca) ¡Toda una sorpresa! Tras dejar el camino acondicionado y conocer los aledaños del área recreativa, nos acercamos a San Ildefonso a comer para después muestrear en el Río Eresma. Una zona increíble y aventurera, cubierta por un gran pinar de pino silvestre (Pinus sylvestris) que destacaba bajo el sol del atardecer. Allí en el río, además de efímeras, plecópteros o tricópteros entre otros, encontramos grandes ninfas de odonato, también conocidas como náyades, y alguna ranita patilarga (Rana ibérica) saltando entre los muestreos. Ya de vuelta, realizamos la desinfección del material, una rica cena y ¡a descansar para el día siguiente!
Representación de una muestra de macroinvertebrados bentónicos
Día 5: Comenzamos una nueva mañana visitando el centro de visitantes situado en Boca de Asno, donde nos adentramos más en conocer lo que es la Sierra de Guadarrama y la gran biodiversidad que ésta presenta. Pudimos comprobar de primera mano la afluencia de gente que ofrece la zona, y lo tan desconocido que es el Parque Nacional para sus visitantes. Todo ello fue posible gracias a las encuestas realizadas de manera aleatoria, a lo largo del área recreativa, a las distintas familias y amigos que, en su gran mayoría, acuden en época de verano para refrescarse ¡Nos convertimos en unos auténticos reporteros!
Si bien es verdad que se atisbaba tormenta de calor, la tarde se acabó convirtiendo en un agradable paseo por la senda de las pesquerías reales, construida por Carlos III (Siglo XVIII) en plena Sierra de Guadarrama. A lo largo de la ribera nos encontramos con distintas especies como caballitos del diablo (Zygoptera), rana común (Pelophylax perezi), lagartija colilarga (Psammodromus algirus) o lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi). Además, pudimos disfrutar y aprender del canto y observación de muchas aves de la zona como son el mirlo acuático (Cinclus cinclus), el arrendajo (Garrulus glandarius), el chochín común (Troglodytes troglodytes) o el trepador azul (Sitta europea). Y no podíamos terminar nuestro día de hoy sin conocer algo más acerca de las hormigas, esas grandes desconocidas, y de las que aún nos quedan muchas cosas por aprender.
Día 6: Un domingo por la Sierra de Guadarrama, sorprendidos por lo concurrido que se encuentran los ríos y las áreas recreativas. Y es en estas áreas donde comenzó nuestra labor. Hoy tocaba recogida de microbasuras, entre las que destacaban colillas, envoltorios de pajitas, papeles...nuestra tarea, además de limpiar, contribuyó a la concienciación ambiental de los visitantes que agradecían nuestro trabajo.
Y como buenos voluntarios, ya a la tarde, de camino a nuestro muestreo, pudimos ayudar a unos motoristas que, con nuestra colaboración, consiguieron salir adelante de una de las curvas que presenta la carretera que une Madrid con Segovia ¡Buen trabajo de equipo!
Llegados al punto de muestreo, nos pusimos manos a la obra y ya con más maña que los primeros días, conseguimos una muestra con una gran variedad de macroinvertebrados.
Recogida de microbasuras en el Área Recreativa de Boca del Asno
Día 7: Comienza un día entretenido y agotador que ninguno de nosotros nos queríamos perder; empezábamos los muestreo en la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. El día comenzó con la extracción de cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) por el río Lozoya, especie invasora cuya catalogación pudimos comprobar de primera mano. Con algún que otro chapuzón, partimos a Rascafría para coger fuerza de cara a los dos próximos muestreos, ambos en el mismo río Lozoya. En el primero de ellos nos estrujamos la cabeza para conocer porqué el pH de la zona era más alto que el de los ríos anteriores; y he de decir que es algo que en este diario no voy a desvelar, ya les tocará a los siguientes voluntarios adivinarlo... El segundo muestreo aguas arriba de las famosas Presillas, nos dio la bienvenida con una culebra viperina (Natrix maura). Realizamos el muestreo y de nuevo para el alojamiento, a cenar y a coger fuerzas para la jornada próxima que pintaba movidita.
Retirada de Cangrejo señal en el río Lozoya
Día 8: Se levantó una mañana lluviosa, amenizada por la charla tan interesante que recibimos los voluntarios por parte de Juan Vielva, antiguo director del Parque Natural de Peñalara. Allí, en el Centro de Investigación y Seguimiento de la Sierra de Guadarrama, conocimos más acerca de la sierra de la parte madrileña. Resolvimos dudas de todo tipo, y observamos los sapos partero (Alytes obstetricans) que tienen para su estudio.
A pesar de la lluvia, pudimos realizar un muestreo en Pinilla del Valle. Allí nos sorprendió una garza real (Ardea cinerea) y una familia de ánades que paseaban por el río Lozoya. Aprendimos a muestrear en condiciones climáticas distintas a lo que conocíamos hasta el momento, con un tramo de río con grandes pozas y un entorno de nubes bajas increíble.
Dia 9: Seguimos aprendiendo cosas nuevas de la Sierra de Guadarrama. En este caso nos acercamos hasta Pinilla del Valle para, de la mano de Luis, biólogo, profesional y un gran apasionado de los pueblos que conforman el valle, adentrarnos en algo desconocido para muchos de nosotros, y no es otro que el tema de la ganadería, su evolución y gestión. Y si hablamos de pastos y ganado, el primer punto de muestreo nos iba a recibir con una sorpresa. Un grupo de caballos que, curiosos, se acercaron a ver nuestro trabajo por el río Lozoya. Sería un día duro de trabajo de campo, pues aún nos quedaba el último muestreo del voluntariado, en el río Navalmedio. En él realizamos caudal, físico-químico y macroinvertebrados sin ninguna complicación pues...¡Ya somos todo unos expertos voluntarios! Y para terminar la noche, una salida nocturna, donde un sapo corredor (Epidalea calamita) nos despidió pues mañana sería el último y gran día.
Un caballo observa atentamente las tareas de recolección de datos físico-químicos de nuestros voluntari@s
Día 10: Último día de voluntariado que por nada del mundo nos queríamos perder. Empezamos con una subidita por el camino de las aguas de Peñalara para alcanzar la estación de aforos que toma datos del arroyo de la Laguna Grande Peñalara. Allí junto a Ignacio Granados, limnólogo del Parque Nacional, reacondicionamos un tramo para la toma de datos de caudal. Además, limpiamos la estación de aforos recogiendo previamente los renacuajos y distribuyéndolos a lo largo del arroyo, y posteriormente extrayendo el fango y las piedras que habían quedado almacenadas en el fondo de esta estructura. Fue un gran trabajo de equipo.
Continuamos nuestro ascenso a la Laguna Grande de Peñalara, donde pudimos conocer su evolución, su estado actual y disfrutar del paisaje que esta Sierra de Guadarrama nos ofrece. Para terminar, y con la tristeza de ver las maletas en movimiento, pudimos conversar, recordar anécdotas… acerca de esta gran experiencia que ha supuesto para nosotros el voluntariado en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y que sin duda, volveremos a repetir.
Foto de despedida, con la Laguna Grande de Peñalara de fondo